jueves, 20 de enero de 2011

Mónica Godoy enfrenta su rol más adulto en teleseries


Mientras por estos días se le puede ver como “Susana Jerez” en “40 y tantos”, Mónica Godoy ya dejó ese papel atrás, específicamente en noviembre, mes en que terminaron las grabaciones de la actual teleserie nocturna de TVN, y hoy está concentrada en “Bettina”, su personaje en “El laberinto de Alicia”, la próxima apuesta dramática prime de la red estatal.
En la producción que girará en torno a un caso de abuso infantil que ocurre al interior de un colegio del sector alto de la capital, Mónica interpretará el rol más adulto de su carrera en teleseries, ya que, según adelantan personeros involucrados en la sucesora de “40 y tantos”, la actriz será una mujer de clase acomodada y felizmente casada con “Octavio” (Andrés Velasco), con quien tendrá dos pequeños hijos.
De esta manera, Godoy se convertirá, por primera vez, en madre en telenovelas y será parte del grupo de apoderados y personas ligadas al directorio del Shelter School, al igual que su marido, que es el establecimiento en el que se centrará la acción. Un esposo con el que tendrá una muy buena relación, al punto de hasta trabajar juntos, debido a que ambos serán dueños de una joyería, en la que ella oficiará de diseñadora de las joyas.
Sin embargo, esta vida familiar plena de “Bettina” y “Octavio” cambiará cuando se descubra un caso de abuso infantil en el colegio en el que van los pequeños hijos del matrimonio. Es que ahí aparecerán las desconfianzas y los vínculos empezarán a darse desde la duda, tanto dentro de esta pareja de casados como con los amigos que tienen en el recinto estudiantil, como “Esteban” (Marcelo Alonso), “Baltazar” (Bastián Bodenhöfer) y “Gregorio” (Álvaro Espinoza).
Además, “Octavio” deberá aprender a convivir con un hijo de 16 años que tuvo con un amor del pasado, “Santiago” (Simón Pesutic), quien llegará desde Inglaterra a vivir a Chile con el fin de conocer a su padre, lo que también será un tema para el papel a cargo de Andrés Velasco y el de su esposa, en manos de Mónica Godoy, dando paso, así, a una nueva etapa familiar, ya no tan feliz y más bien llena de problemas, dudas, desconfianzas y temores.

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